Biblioteca Popular José A. Guisasola



Cuento» Caperucita Roja y el Lobo, por Roald Dahl e ilustrado por Quentin Blake
Del libro "Cuentos en verso para niños perversos", Alfaguara, 2008. Versión de Miguel Azaola.


Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
“¿Puedo pasar, Señora?”, preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: “¡Este me come de un bocado!”.




Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
“Sigo teniendo un hambre aterradora…
¡Tendré que merendarme otra señora!”.
Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
“¡Esperaré sentado, lo adivino
Caperucita Roja está en camino!”




Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.




Llegó por fin Caperucita a mediodía
y dijo: “¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!”.




“Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas”. “¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!”. “Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista”, dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo: “¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!”.
El Lobo, estupefacto, dijo: “¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!
¿Me estás tomando el pelo…? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa”.
Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y —¡pam!— allí cayó la buena pieza.




Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque… ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.




FIN

Visto y leído en:

"Imaginaria", revista online sobre literatura infantil y juvenil.
https://imaginaria.com.ar/2010/06/cuentos-en-verso-para-ninos-perversos/
"Algún día en alguna parte", Blog personal con vocación literaria.
https://algundiaenalgunaparte.com/2010/05/20/caperucita-roja-y-el-lobo-de-roald-dahl/
EDAIC Varela (Equipo Distrital de Alfabetización Inicial y Continua)
http://edaicvarela.blogspot.com/2012/11/roald-dahl.html
Cuentos en verso para niños perversos.pdf - Scribd
https://es.scribd.com/document/349665177/Cuentos-en-verso-para-ninos-perversos-pdf


“La lectura abre las puertas del mundo que te atreves a imaginar"

"Argentina crece leyendo"


Garabatos sin © (Adaptación Plantillas Blogger) Ilustraciones: ©Alex DG ©Sofía Escamilla Sevilla©Ada Alkar

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